En nuestro país,
el 70% de las personas encuestadas siente que no tiene el control sobre cómo las empresas comparten sus datos a terceros y como éstos podrían utilizarlos con fines políticos, publicitarios o de control de consumo de medios e información.
A nivel global, los encuestados que muestran preocupación por el uso de su información personal son los más interesados por la violación de su derecho a la privacidad (el 62%), y la mayoría (el 59%) está también preocupada por la
pérdida de control sobre sus datos.
De las personas que a nivel global expresaron preocupación,
a más de la mitad (el 51%) le preocupa que los datos sobre su actividad en Internet puedan revelar muchos aspectos sobre ellas, mientras que casi un tercio (el 32%) teme que sus datos puedan ser usados en su contra por las autoridades estatales.
Cuando se les pidió que explicaran por qué, seis de cada diez (el 59%) dijeron que era una
invasión de la intimidad. A más de la mitad (el 53%) le preocupa la posibilidad de verse influida de forma parcial y sin su conocimiento por la publicidad de carácter político. Casi la mitad (el 48%) piensa también que los publicistas se dirigirán a la gente cuando ésta sea más vulnerable.
A nivel global, casi la mitad de las personas encuestadas (el 49%) es más cautelosa sobre cómo facilita su información personal en Internet.
En Argentina, el 72% modificó su comportamiento online luego de los escándalos públicos de alto perfil.
Los resultados de la encuesta global refuerzan el
análisis de Amnistía Internacional:
el modelo empresarial básico de Facebook y Google representa una amenaza sistémica para los derechos humanos.
A nivel internacional, el 77% considera que
el modelo empresarial centralizado en el que se basa actualmente Internet –en el que se usan datos para crear perfiles detallados de personas con el fin de vender publicidad personalizada–
es un problema importante.
El mes pasado, la organización publicó un
informe exhaustivo que muestra que
el modelo empresarial de los dos gigantes tecnológicos, basado en la vigilancia, es incompatible con todos y cada uno de los elementos del derecho a la intimidad. Esto incluye no sufrir intrusiones en nuestra vida privada, el derecho de controlar la información sobre nuestra persona y el derecho a un espacio donde podamos expresar libremente nuestra identidad. También mostró que el modelo empresarial representa una amenaza para toda una serie de derechos más, como los relativos a la libertad de opinión, expresión y reunión, la libertad de pensamiento, y el derecho a la igualdad y a no sufrir discriminación.
Amnistía Internacional pide a los gobiernos que reformen el modelo empresarial basado en la vigilancia y protejan a las personas de los abusos contra los derechos humanos que cometen las empresas. Como primer paso, los gobiernos deben promulgar y hacer cumplir leyes para impedir que las empresas condicionen el acceso a sus servicios a que la persona “dé su consentimiento” a la recopilación, procesamiento y difusión de sus datos personales con fines comerciales o publicitarios.