La mitología es un teatro de marionetas inverso e imposible; un espejismo de hilos que suben y movemos desde abajo.
Somos raros.
Inventamos una forma de mirarnos desde arriba, de juzgarnos desde arriba, y para hacerlo olvidamos que eso de arriba somos nosotros mismos.
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En la página 57 del libro de Mara Favoretto hay una cita que me hizo recordar dos textos que me gustan mucho.
Iba a escribir algo para justificar por qué los ponía, pero tengo la sensación que si lo expreso en palabras lo arruino. Así que van los fragmentos y hagan ustedes las conexiones que quieran.
I
La cita del libro. Spinetta nos sugiere que cambiemos la óptica con la que nos relacionamos con el universo. Dice El Flaco:
Ahora que se puede viajar en un avión y observar el mundo desde arriba, podemos ver la vastedad. O con las naves espaciales. No es tan difícil aproximarnos y aunque sea mínimamente tener un ojito puesto ahí.
II
Diálogos con Leucó, de Cesare Pavese. Es un libro donde el poeta italiano recrea diálogos entre personajes de la mitología griega. En este, puntualmente, están hablando dos pastores, padre e hijo, mientras encienden una fogata.
Hijo- Yo no quiero pensar en ellos. Son injustos, los dioses. ¿Qué necesidad tienen de que se queme a la gente viva?
Padre - Si no fuera así, no serían dioses. ¿Cómo quieres que pase el tiempo quien no trabaja? Cuando no había amos y se vivía con justicia, era necesario matar cada tanto a alguien para hacerlos gozar. Están hechos así. Pero en nuestro tiempo ya no lo necesitan. Somos tantos los que estamos mal, que les basta con mirarnos.
III
El comienzo de Una luna, un libro de Martín Caparrós que es una mezcla de diario de viaje y crónica.
¿Cuándo fue que decidimos que mirar las nubes desde arriba, los mares desde arriba, montañas desde arriba, ya no era privilegio de algún dios? ¿Cuándo fue, sobre todo, que creímos que mirar la tierra desde arriba había dejado de volvernos dioses? ¿Cuándo fue que aprendimos a hojear una revista o diario viejo mientras viajamos entre nubes?
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El mail anterior lo había empezado preguntando qué era un mito. Ahora les voy a dejar una de esas preguntas que pueden parecer extrañas, pero que intentar responderla
es un lindo ejercicio
:
¿Para qué sirve la música?
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Ya que este es un mail lleno de preguntas, no estaría mal preguntarse para qué sirve un libro.
Leemos para abrir nuestra cabeza, sean novelas, cuentos o ensayos.
Quienes se aventuraron a leer el libro de este mes habrán visto que no se trata de una biografía de Spinetta, ni tampoco un recorrido por su obra.
La gracia de este libro es otra.
Por más académico que parezca, la forma de disfrutar el libro de Mara Favoretto es la de no tomárselo tan en serio.
Ojo, con esto no estoy menospreciando el enorme laburo que se tomó la autora para escribirlo, sino todo lo contrario. Jugar el juego que ella propone. Ver las canciones y la figura de Spinetta desde una óptica distinta.
Como dice Pavese en la introducción del libro que cité:
Sabemos que la más segura y rápida manera de asombrarnos es clavar la mirada -imperturbables- siempre en el mismo objeto. Un buen día nos parecerá -milagrosamente- que a este objeto nunca lo habíamos visto antes.
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En el libro hay varias tapas de los discos, se las dejó acá para que las vean a color: