Puse la imagen del libro, en vez de tipearlo, porque me gusta el juego que genera ese cambio de tamaño en la tipografía con el propio sentido del texto.
Es una primera oración poderosa en donde se pasa del sistema solar a una persona concreta. Un zoom violento en donde la descripción de la luz muestra los estados de ánimo.
El cuento es la anatomía de una discusión de pareja -repito, todo esto es subjetivo-.
Lo que me gusta de la pluma de Valeria Tentoni es que el uso de las imágenes poéticas están en función del relato. Por ejemplo, unas líneas más adelante la narradora habla del odio que siente hacia todo lo que se cruza en el camino e inmediatamente después le pone un límite a ese todo. El odio pasa a tener una forma. En este caso limitar el odio lo hace más preciso, de alguna manera, más efectivo.
En el mail anterior les hablé del conflicto, eso que hace que la acción en un cuento se mueva, que todo tenga un sentido, aún cuando se encuentre en las últimas líneas. Y les propuse intentar identificarlos.
Hay, también, otra cosa presente en los cuentos y que en general si la vemos a simple vista es síntoma de no estar tan bien escritos: la información. Ese dato que necesitamos y que en la buena literatura pasa desapercibido.
Tentoni logra esconder la información en sus cuentos para que no la notemos, como por ejemplo en esta frase:
Las últimas cosas hirientes habían sido dichas casi en la puerta, de espaldas a la heladera donde se repartían los imanes de todos nuestros viajes. Ahí estaban la vicuña en miniatura, el destapador de Barcelona y una torre Eiffel que había perdido su pico en algún golpe. Después y con mucho trabajo habíamos hecho silencio, y lo habíamos mantenido vivo como a un fuego hasta subir al ascensor.
Como lectores casi no lo vemos, estamos presenciando el discutir de una pareja mientras sale de su casa, pero basta esta breve mención a los imanes de la heladera para que, sin darnos cuenta, sepamos todo el camino que recorrieron juntos.
No voy a extenderme mucho más. Los invito a compartir en el grupo de Facebook, si tienen ganas, las cosas que fueron marcando ustedes.
Bueno, sí. Voy a agregar algo más.
Ya que vengo hablando del conflicto, quería decirles dónde me parece que aparece en este cuento.
Como esto sí podría llegar a ser un spoiler lo haré con el recurso de la tinta blanca (para leer lo que sigue a continuación tienen que resaltarlo con el cursor o si están con el celular quizás tenga que seleccionar y copiar el texto y pegarlo en un mensaje de Whatsapp por ejemplo para poder leerlo):
El momento en donde aparece el conflicto en este cuento no es en la discusión en sí, sino en esta frase que está en la página 34:
No sé si fui yo quien la reconoció primero al llegar a la esquina.
Es la mención a esta mujer, ahí está el núcleo de todo.
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El próximo mail es el último sobre Furia diamante. Todavía tienen tiempo de dejar sus preguntas para Valeria Tentoni. Pueden hacerlo acá.
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Para ir terminando dejo algunos fragmentos de lo que estuvieron posteando en el grupo de Facebook sobre el libro:
Marcela Manoukian:
La variación en el tamaño de la tipografía en Furia Diamante, me hizo pensar en el movimiento de los ojos que se van cerrando para soñar. El acto de dormir para soñar, similar al aislamiento necesario para entrar en las profundidades de un cuento.
Agus Manauta:
En Tentoni, admiré su capacidad de transmitir una intensidad permanente en su escritura, como así también, en los personajes, llevándolos hasta lugares oscuros. Además me gustó porque creo que como lectores y lectoras nos ubica en un lugar protagónico. Entre lo no dicho y lo expectante de las historias, nos anima a imaginar el final, aún cuando lo imaginado pueda resultar, en algunos casos, cruel y bestial.
Fernanda Perez:
Me encanta cómo deja a la imaginación del lector el final de alguno de sus cuentos... Tan cortos, pero uno conecta de inmediato con la escena, el sentir y actuar de los personajes.
Mariana Finochietto:
Me gustó mucho el ritmo que Tentoni mantiene entre los cuentos, ese ir y venir entre una y otra atmósfera.
Babosas
es mi favorito, con ese aire a Cortázar, pero no.
El martillo de plata
y su ambiente opresivo me recordó mis incursiones por los ataques de pánico, el aura permanente de que algo va a explotar, y explota.
El final de
Lo que hay detrás de las nubes
, esa delicada calma, me encantó como cierre del libro.
Lo siniestro anda por las manos de Tentoni, y ella lo teje muy bien.
Eugenia Alm:
Su estilo de escritura también tiene una música... su poesía y metáforas nos llevan como "Heidi" por un paisaje hermoso y no nos muestra que de seguir avanzando "zaz! te vas colina abajo!"... de repente sentiste una tensión y ya empezamos a rodar y ni nos dimos cuenta!
Lili Morales:
Crudos, brutales, inquietantes, intensos, perturbadores y bellamente escritos. Qué potencia narrativa la de Valeria Tentoni y su talento indiscutible para sugerir atmósferas. Qué capacidad de despertar multiplicidad de significaciones a partir de lo no dicho.
Karina Orlando:
Me encantan las narrativas que no explican, que dejan en suspenso, que confían en lxs lectorxs. A mi también me generó sensaciones de asco, impresión, espanto, curiosidad, pena; es que nos conecta con nuestra animalidad, esa fiera que mantenemos a raya, disciplinada, pero que cruzar esa línea es cuestión de segundos, de un pequeño descuido, de quedarse dormidx y entregarse a un sueño.
Ceci Hauff:
Genera una sensación siniestra de lo cotidiano. Un hecho que parece común y corriente se convierte en un universo de posibilidades. Las cosas que rodean a cada protagonista toman una dimensión distinta y se pueden volver fantásticas.
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Por último, para que puedan ir consiguiendo los libros con tiempo, van las próximas lecturas de febrero y de marzo.