Antes de comenzar a hablar sobre Cocteau quería contarles algo. Ya somos unas cuatro mil personas en el club de lectura. Una locura maravillosa. Todas las semanas se siguen sumando más lectoras y lectores. Sé que es gracias a las recomendaciones de ustedes. Muchas gracias por eso, de corazón.
La idea es ir sumando algunos beneficios para las socias y socios del club.
Hoy quiero contarles de uno que les será de mucha utilidad sobre todo a las personas que no viven en Argentina o que no tienen librerías cerca. Les cuento un poco.
Desde el club Carbono cerramos un convenio con Bookmate para que tengan un mes gratis. Ustedes dirán ¿qué es Bookmate? Es una app que permite leer un montón de libros. Funciona con una suscripción mensual (acá en la web de ellos tienen todo explicado en detalle). Esa suscripción les da acceso para leer o escuchar (hay audiolibros) todos los libros que quieran por mes.
Las personas que se registren ingresando el código CLUBCARBONO van a tener el primer mes de prueba gratis. Para registrarse con el código de la promoción tienen que hacer clic acá.
Primero tienen que registrarse desde la web y después descargar la app.
Cualquier duda que tengan sobre la activación del código de Bookmate pueden consultarles directamente a ellos en sus redes: Facebook, Twitter e Instagram.
Ya les resuelvo la primera inquietud: sí, al registrarse les pide los datos de la tarjeta de crédito, pero el primer mes es gratis, no se lo van a cobrar. Lo que tienen que hacer, en caso de no querer seguir usando Bookmate, es cancelar la suscripción antes de que se cumpla el primer mes.
Un último dato, así ya nos metemos a lo nuestro. Próximamente en Bookmate estarán los libros del club. Incluso de las editoriales que no solían tener los libros en digital.
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El mail anterior lo empecé preguntando quién era Jean Cocteau. Encontré esta nota de La Vanguardia donde recopilan once curiosidades sobre al autor. Citada ya la fuente, copio y pego (salvajemente) esos once puntos:
1. Jean Cocteau nació en 1889 en un pueblecito cercano a la capital francesa. El suicidio de su padre le dejó una profunda huella y le convirtió en un niño mimado y consentido.
2. Cultivó un sinfín de disciplinas, desde la literaria, empezando por la poesía, a la escénica, pasando por la musical y la cinematográfica. También realizó incursiones en el dibujo, la pintura y el ballet.
3. En 1917 se estrenó el ballet Parade, cuyo argumento fue ideado por Jean Cocteau. Erik Satie compuso la música, Picasso diseñó la escenografía y el vestuario y Léonide Massine preparó la coreografía. Como era de esperar, la obra provocó un gran escándalo por su absoluta modernidad.
4. Vivió en el barrio parisino de Montparnasse, en el que compartió experiencias con algunos de los máximos exponentes de la innovación: Apollinaire, Modigliani, Stravinsky...
5. El primer gran amor de su vida fue un escritor bohemio mucho más joven que él, Raymond Radiguet. Pero la súbita muerte de este (con solo 20 años) le condujo a una depresión que le hundió en el consumo del opio.
6. En 1928 publicó anónimamente El libro blanco, novela autobiográfica en la que relata su homosexualidad. Años más tarde reconocerá su autoría.
7. Durante su internamiento en una clínica de desintoxicación escribió Los niños terribles (1929), crónica de un incesto que culmina en suicidio. La novela pronto se erigió en referencia para los vanguardistas.
8. Pese a su declarada homosexualidad, en 1932 mantuvo un idilio con la princesa Paley, hija del gran duque ruso Romanov, a la que inició en el opio.
9. Cocteau vivió con Jean Marais su relación más duradera, y formó un tándem que, en los años cuarenta, dio pie a una serie de películas dirigidas por el uno y protagonizadas por el otro. Entre ellas, La bella y la bestia (1946) y Orfeo (1950).
10. Los últimos años de su vida los compartió con Édouard Dermit, un joven pintor que coincidió en el reparto de varios filmes. Jean Cocteau le nombró hijo adoptivo y heredero.
11. Jean Cocteau falleció una hora después de conocer la muerte de su amiga y aplaudida cantante Édith Piaf.
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Mientras releía frases de Cocteau para preparar este mail pensaba en la diferencia entre leer y escribir. En cómo, si bien son dos mundos distintos, a veces hay terrenos en los que estas actividades se superponen. La poesía, por ejemplo.
Si leyéramos un poema dentro de un tomógrafo estoy seguro que se iluminarían partes del cerebro asociadas a la escritura. Leer como una forma de crear.
Sí, acabo de poner en una misma oración la palabra “poema” y “tomógrafo”. Pero creo que es a lo que apunta Cocteau cuando dice:
Para leer poesía es preciso estar inspirado.
Aunque también creo que no es algo exclusivo de la poesía. Creo que leer Secretos de belleza nos hace mejores lectores. Que cuando habla de poesía podemos reemplazarlo por literatura. Por lo menos por cierto tipo de literatura, esa que nos muestra lo que teníamos delante pero que no habíamos visto.
Lo que nos rodea no es más que el reverso de un tejido cuya cara es la poesía.
En el mail anterior hablé de Cocteau como un oráculo, como un libro que podía abrirse en cualquier página para encontrar respuestas. También es un libro que puede abrirse cada tanto, para releer sus aforismos en clave lectora. En todo el poder de creación que tenemos al leer un libro.
En este mundo pandémico en el que vivimos, no está mal recordar que en nuestras manos, literalmente en nuestras manos, tenemos la posibilidad de abrir un libro y crear un mundo distinto.
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