Ni Olivier Marchon, ni San Agustín, ni ningún ensayo o tratado de filosofía; la primera vez que me encontré frente a frente con lo convencional de nuestra forma de medir el tiempo fue con el Capitán Jean-Luc Picard de la USS Enterprise. Ya mencioné en un mail anterior mi fanatismo por Star Trek The Next Generation, pero no se preocupen, no voy a ponerme a contar episodios esta vez… solo cómo comenzaban.
Luego de la introducción, donde veíamos a la nave Enterprise viajando por distintos lugares del espacio, los capítulos empezaban con la voz en off del capitán: “Bitácora de vuelo, fecha estelar 41153.7, nuestro destino es el planeta…” (las fechas por supuesto iban cambiando). Y me voy a frenar acá, porque si fuera por mí les contaría todo el episodio.
La primera vez que vi la serie recuerdo haber pensado “¿pero cuándo sucede todo esto? ¿por qué no dicen el año real?”. E inmediatamente darme cuenta que claro, no transcurre en la tierra, sino en otros mundos. Por qué contarían los años como nosotros. Tenían que buscar una fecha que sirviera en cada lugar que visitaran.
Nunca más volví a pensar en esto. Hasta que leí 30 de febrero.
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Mientras leía los distintos conflictos y tensiones que tuvimos que atravesar hasta que las distintas naciones nos pusimos de acuerdo en usar un mismo calendario, pensaba: no cantemos victoria, en cuanto pongamos un pie fuera de nuestra galaxia vuelve todo a empezar.
La lectura del libro de Olivier Marchon trae también un consuelo, en momentos de profundas diferencias podemos encontrar sosiego: en la próxima reunión de consorcio miraré mi reloj y diré “bueno, en esto, por lo menos, estamos de acuerdo”.
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No sé ustedes, pero yo leí el libro sin detenerme a sacar demasiadas cuentas, ni a pensar en profundidad en todo lo que decía. No necesité entender cada una de las cosas que Olivier Marchon contaba, me bastó con saber que él mismo las entendía. No sé si logro explicarme. Quiero decir que cuando las cosas se tornaron un pelín rebuscadas, relajé y las disfruté desde la comodidad de ser un espectador. Algo que, aunque no lo notemos, es una virtud del texto. No todos los autores te generan esa confianza.
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Hablando del autor, recuerden que pueden dejar su pregunta para que la responda. En breve haré la selección, así que no demoren mucho más en dejarla. Pueden hacerlo acá.